Paz Domarchi

Los Bunkers y yo: No sabes cuánto te esperé

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Dieciocho de octubre del año 2001. Mi cumpleaños número 16.

Recibo un regalo de parte de mi hermano que iniciaría un nuevo capítulo en la historia del soundtrack de mi vida.

Y yo no lo sabía.

En la Rock&Pop ya había escuchado Entre mis brazos y no necesité más para saber que me gustaban. Era como si yo y esa música hubiéramos nacido para estar juntas.

Mi mejor amiga de ese tiempo me apañaba en todo y afortunadamente teníamos los mismos gustos musicales desde antes.

En esa época comenzó nuestro peregrinar por todos los conciertos habidos y por haber de Los Bunkers en el gran Concepción.

¿Tocaban en un pequeño gimnasio en Talcahuano? Allá íbamos. En el gimnasio municipal de Conce, en una cancha en Tomé, en el Teatro UdeC, en la U de Conce, en la Yein Fonda, en algún bar. De allá éramos. Las más fieles fans dentro de nuestras adolescentes posibilidades.

Fácilmente es el grupo de música que más veces he visto tocar en vivo.

¿Sabes lo que es saberse TODAS las canciones de una banda? 😬 😂

Aún me pregunto cómo es que nos enterábamos de que LB tocaban en esos lugares, si no había internet —al menos yo no tenía. Supongo que los afiches pegados en el lugar correcto nos guiaban, y quizás datos en la radio local.

Los amábamos, simplemente.

Se juntó el hambre con las ganas de comer 😂 como diría una amiga.

A esa edad necesitaba apasionarme por algo y una de esas pasiones fueron Los Bunkers.

Aparte de lo excelentes que eran y son musicalmente, me daba gusto que fueran gente “parecida” a una, que podrían haber sido mis vecinos, amigos, o algún compañero de colegio. Tengo entendido que un bunker vivía en San Pedro y los demás en Hualpén y Talcahuano, como yo.

Otra cosa que me atrajo de este grupo fue que le cantan al desamor y a las emociones más oscuras de la vida, y de hecho tienen pocas canciones de amor romántico y dulce.

Los Bunkers también hablan sobre historias cotidianas y problemáticas sociales, con una particular mirada que ayuda a procesar situaciones difíciles, y no solo a “enamorarse” mejor… Porque enamorarse es fácil, pero cuando la vida se pone cuesta arriba, esa poesía hecha música es un bálsamo para el alma herida.

Cuando pequeña estuve expuesta gracias a mi padre a toda la discografía de Los Beatles, a Silvio Rodríguez, Los Jaivas, Illapu, Violeta Parra, Víctor Jara, Los Prisioneros y otros artistas chilenos e ingleses que dejaron su impronta en mí.

Y luego de mi crush por los Backstreet Boys sentía que necesitaba un amor musical local, cercano.

Varias cosas me unían a Álvaro, Francis, Mauri, Gonza y Mauro.

Mi papá les había hecho clases de Inglés en el Colegio Salesiano a todos ellos.

Él solía ponerles canciones de Los Beatles y otros artistas similares a sus alumnos para practicar el inglés, para lo cual debía andar con una radio y casetes a cuestas. Eran otros tiempos.

Algo me dice que deben recordar con cariño a mi papi, aunque no lo he confirmado.

Además tengo un primo que es muy amigo de Francis, y aún no me lo ha presentado (primo, si lees esto: espero que te avispes 😂).

Siempre tan cerca y tan lejos a la vez.

De hecho no tengo ninguna foto con ellos.

Hace poco saludé a Mauro Basualto en la UdeC, paseando por el foro, pero no le pedí foto para no invadirlo. Y vi a Mauri Durán caminando por O’Higgins con una persona que parecía ser su mamá. Tampoco me acerqué a pedirle nada.

Me basta con que existan, y mejor aún, con que hagan música. Yo solo cuento con que estén aquí ❤️.

Gracias a Los Bunkers, que me han dado tanto.

Desde siempre me inspiraron valentía, convicción y talento mezclado con trabajo duro. Un total orgullo para nuestra ciudad.

Que unos cabros de Conce no se conformaran con lo que les había tocado si no que se fueran a Santiago a hacer música y salieran en la Rock&Pop y en MTV, para mí es sinónimo de que «la hicieron».

Que después se fueran a México y que allá también la rompieran era tremendo. Que hicieran un disco entero de tributo a Silvio y a él le gustara… too much. Entre medio Paul McCartney escuchó Miño y le encantó. Ahora llenan los estadios más grandes de Chile. O sea… ¿qué más se le puede pedir a unos jóvenes penquistas? 🥲

La verdad no sé si tiene sentido para alguien más que para mí escribir esto. Pero me siento feliz de poder hacerlo y si esta historia tuviera el privilegio de llegar a los ojos de alguno de ellos, sería un sueño cumplido.

El regreso a casa de Los Bunkers este 25 de marzo de 2023 fue un verdadero REGALO para la ciudad de Concepción.

Así, REGALO con mayúsculas. Las 42 mil almas de esa noche pagamos nuestra entrada para poder estar ahí, pero recibimos tanto más que ese dinero desembolsado.

Al menos yo recibí un viaje directo a mi adolescencia y a mi adultez más joven, en un recorrido por temas que lideran el soundtrack de mi vida y el privilegio de verlos así de maduros y consolidados. Me regalaron alegría, diversión, nostalgia, identidad, orgullo, intensidad, gozo, amor, mucha emoción.

La gratitud de Los Bunkers hacia nosotros, su público, se sintió a lo largo de todos estos meses de espera del show (y años en que estuvieron separados), y supieron retribuir nuestro cariño regalándonos lo que mejor saben hacer: música. Mucha. Treinta y dos canciones para ser exactos.

Casi sin pausa entre una canción y otra, durante dos horas y cincuenta minutos, con un sonido impecable que no se consigue cuando estás recién empezando. Los Bunkers no solo tienen talento si no que también se nota que trabajan día a día por pulirlo y mejorar cada vez más como artistas.

Solo pararon un par de veces para pedir asistencia para personas del público que la necesitaban. Y lo mejor fue que luego de una de esas pausas empezaron otra vez con No me hables de sufrir.

La puesta en escena de la gira Ven Aquí fue simplemente espectacular y se notó en cada detalle de los arreglos, las imágenes, la calidad de las pantallas y el sonido, iluminación, seguridad, sus vestuarios, la elección de los temas, invitados, etc.

Gracias por volver a juntarse.

Y espero que no nos vuelvan a hacer eso de separarse 😅.

***

¿Hay que ser valiente para publicar una historia tan personal en internet? Según yo, sí 😬

¿Por qué lo hago?

¿Para qué exponerme de esta manera? Si exponerme no es de mis cosas favoritas para hacer 😬.

Porque sentí la necesidad de hacerlo no más. Por el gusto de compartir. Para ayudarme a procesar todo lo que el sábado sentí. Para ver si a alguien más le trae recuerdos y se anima también a compartirme su historia con Los Bunkers u otros de sus ídolos musicales.

Algunas historias merecen ser contadas. Algún día esto lo verá mi hijita y tal vez le parezca divertido.

A mí todo lo que me haga sentir permanente emoción me indica que por ahí es.

Y eso es justo lo que la música de Los Bunkers me hace sentir.

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