Había pasado toda la vida siendo la tímida del grupo, la que no se atreve a nada, creyendo que sentirme así era normal y que estaba condenada a vivir así, siempre con miedo y escondiéndome de la gente, refugiándome en mi mamá o en mi grupo de amigas.
Yo misma me había puesto la etiqueta de que era “tímida” y vivía así, siendo tímida, y todos los demás esperaban que yo también lo fuera, y por eso supongo que también me comportaba así, muchas veces sin darme cuenta.
Ahora en la psicoterapia el poder ponerle un nombre a esto que me pasa, saber que es algo que existe, que no lo inventé yo y que no solo me pasa a mí ha sido súper aliviador.
Eso mismo hace que ya no me sienta tan ansiosa siempre.
He aprendido herramientas que me han permitido hacer más cosas que antes y eso me hace sentir muy bacán, más segura de mí misma porque ya puedo hacer lo que yo quería lograr.
He podido manejar sola mi auto, o llevar a otras personas en auto por lugares que no conozco, opinar en conversaciones (¡tremendo! porque antes no podía decir ninguna palabra 😅), bañarme en la piscina y usar traje de baño frente a otros y en definitiva, disfrutar más de la vida.