Cada cierto tiempo tomo consciencia y me impacta cómo es que cada día vivimos en la fragilidad de la vida.
Un día estamos vivos y nuestros seres queridos también y al otro, nadie sabe.
En las noticias todos los días muestran noticias trágicas de gente que muere baleada, accidentada, bombardeada o por enfermedades, y uno cree que eso es para otros, que nunca va a estar en ese lugar.
Pero de repente te toca.
Y es esperable tenerle pánico a ese momento de perder a un ser querido-querido.
Siempre me pregunto si podré tolerar tantos dolores que me quedan por vivir.
De antemano no me siento capaz.
Pero esa es mi ansiedad anteponiéndose a todo lo malo que podría pasar.
Una herramienta útil en estos casos es no enganchar con esos pensamientos, porque entrar en ese diálogo interno es meterse en un espiral de nunca acabar, tipo: “algún día se va a morir X”, “yo no voy a poder superarlo”, “entonces me voy a empezar a preparar desde ya para que cuando eso suceda, ya esté preparada”.
ERROR: Eso no sirve, no ayuda, no alivia, no previene nada. Es una trampa de la ansiedad, porque pretende hacerte evitar ese dolor, pero en esa evitación, ya estás sufriendo aunque no haya pasado.
En este caso, el parche antes de la herida jamás previno la ocurrencia de la herida.
Siguiendo esta lógica, lo mejor sería, entonces, nada más vivir el día a día, cuidándose pero sin desvivirse por los miedos del futuro.
Bendito sea el mindfulness, que siempre es una herramienta poderosa.
Vivir el momento presente, con consciencia plena, sin juicios, concentrados en una cosa a la vez, poniendo en ello todos los sentidos, para no perdernos en los miedos del futuro o en los remordimientos por el pasado.
Y cuando venga el dolor, vivirlo como venga, y después volvernos a parar.
Suena fácil y no lo es tanto en la práctica, pero por lo visto sí lo podemos lograr, pues está en nuestra naturaleza el ser resilientes.
Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra especialista en la muerte, duelo y cuidados paliativos, dice que:
“En los últimos miles de años apenas ha habido cambios: los seres humanos siempre han luchado, esperado, soñado, triunfado, perdido y vuelto a empezar.”
Elisabeth Kübler-Ross.
Te dejo con esa reflexión.
Cuéntame qué piensas. Y cuídate si puedes 😉.