«Me va a salir mal.
No voy a poder.
Lo que quiero decir es tonto.
Tampoco tengo muchas cosas interesantes que decir. Igual soy media latera.
¿Cómo era esa noticia que quería comentar?
¿Qué he hecho últimamente? No me acuerdo de nada.
Seguro nadie aquí quiere estar conmigo.
Si llego a hablar, no me van a escuchar.
Y me voy a quedar en blanco.
Y me pondré roja e incómoda y todos lo notarán.
Ése será mi fin».
Y ese silencio o esa actitud “cerrada” puede ser interpretada por los demás como un “es rara”, “es pesada”, “es fome”, “se cree superior” y un sinfín de prejuicios más.
Pero muchas veces cuando hay alguien solo en un rincón no es por ninguno de esos motivos, si no que porque está tremendamente incómodo, sin saber cómo salir de esa prisión de inseguridad.
Antes de juzgar a alguien que no habla, considera esto.
La gente con ansiedad social normalmente SABE que su ansiedad es irracional, pero saber esto no logra cambiar sus pensamientos negativos persistentes.
Es agotador vivir una vida con un temor enorme a que en cualquier interacción social tus “imperfecciones” serán notadas por las personas a tu alrededor.
❤️Seamos más amables aún con las personas calladas o tímidas, que se apartan y que se avergüenzan fácilmente.
No es necesario que les des una atención especial (eso puede estresarlos aun más 😅) pero sí puedes acercarte tranquilamente y brindarles un espacio seguro e íntimo para poder iniciar las interacciones.
❤️Con dar ese primer paso eso puedes “hacerle el día” a esa persona, y te lo agradecerá por siempre.
Las personas introvertidas y las tímidas y las que tienen ansiedad social también podemos ser excelentes compañía para la vida.
Si quieres más información sobre este tema y quieres conocer la forma en la que ayudo a mis pacientes a salir de este ciclo, te invito a ver mi clase gratuita: “Las 7 causas ocultas que están manteniendo tu timidez extrema”.
Me encantaría leer tus comentarios acá. ¿Qué opinas? ¿Has estado en estas situaciones?
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