La ansiedad social está comúnmente asociada a otras situaciones problemáticas, que pueden estar manteniendo los síntomas –o incluso agravándolos.
Algunas de las complicaciones más estudiadas son: ataques de pánico en situaciones sociales, perfeccionismo y estándares excesivamente altos, depresión, imagen corporal negativa, abuso de sustancias, o ira y desconfianza hacia otros.
Vamos a revisar cada una de ellas.
Crisis de pánico:
Si experimentas intensa ansiedad social, es probable que puedas llegar a experimentar una crisis de pánico en situaciones sociales.
Un ataque de pánico es un rush de miedo que ocurre en ausencia de un miedo real. Para que se produzca una crisis de pánico por ansiedad social, el miedo debe llegar a su peak en cosa de minutos, aunque usualmente llega a su peak inmediatamente o a los pocos segundos de presentación, y debes experimentar al menos cuatro síntomas de esta lista de 13:
-corazón acelerado,
-dolor de pecho,
-mareos,
-falta de aire,
-temblores,
-malestar estomacal,
-sudoración,
-sentimientos de ahogo,
-calor o temblores de frío,
-sentimientos de irrealidad o desconexión,
-entumecimiento u hormigueo,
-miedo de morir,
-y miedo de volverse loco o perder el control.
Para quienes sufren intensa ansiedad social, la exposición a las situaciones temidas o solo pensar en estar en esas situaciones podrían gatillar un ataque de pánico. Además, las personas que son socialmente ansiosas están habitualmente temerosas de experimentar síntomas de un ataque de pánico.
Perfeccionismo:
Investigaciones de Antony et al. (1998) y otras han encontrado que la ansiedad social está asociada a altos niveles de perfeccionismo.
Los estándares de los perfeccionistas son increíblemente altos y extremadamente rígidos. Pueden tener preocupaciones exageradas sobre cometer errores y suelen evitarlo todo, para así evitar también estos errores.
Las personas con ansiedad social tienden a darle demasiada importancia a dar impresiones perfectas. Si no puede estar garantizado que serán aprobados por otros en una situación social, pueden sentirse muy ansiosos en la situación o evitar socializar todos juntos.
Depresión:
Dado el severo impacto que tiene la ansiedad social en el funcionamiento de una persona, no es de extrañar que un gran número de personas desarrolle también depresión.
La ansiedad social severa puede llevar a aislamiento, soledad y tristeza profunda. El trastorno de ansiedad social puede impedir que la persona viva a la altura de su potencial, lo cual, a su vez, puede llevar a sentimientos de desesperanza y depresión.
De todas maneras, la relación entre ansiedad social y ánimo bajo va en ambas direcciones— la depresión puede también incrementar la severidad del trastorno de ansiedad social.
La gente que está deprimida usualmente se siente avergonzada por sentirse sin ánimo, puede asumir que los demás no quieren estar cerca de ellos, y pueden evitar estar con personas.
Imagen corporal negativa:
Las personas que no están contentas con su aspecto físico puede sentirse ansiosas al interactuar con otros o al ser observados.
Por ejemplo, personas con trastornos de la conducta alimentaria tales como anorexia o bulimia nerviosa, pueden evitar actividades que involucren comer frente a otros o mostrar sus cuerpos (usar shorts, nadar o ejercitar en público).
Las personas con sobrepeso pueden estar preocupados de que otros los estén juzgando negativamente por su aspecto físico. De hecho, la insatisfacción con cualquier aspecto de la apariencia física (por ejemplo, la pérdida del cabello, que no te guste tu nariz, u otros) puede derivar en ansiedad social.
Abuso de sustancias:
Algunas personas que experimentan excesivos niveles de ansiedad social usan alcohol o drogas para enfrentar situaciones sociales. De hecho, hay investigaciones que han demostrado que las personas con trastorno de ansiedad social están en riesgo de desarrollar dependencia de alcohol o cannabis (Buckner y cols., 2008).
Sustancias como el alcohol reducen la ansiedad social, al igual que algunos de los síntomas asociados a ella (Stevens y cols., 2014).
Para muchas personas, consumir alcohol para lidiar con la ansiedad puede implicar tomar solo una copa extra de alcohol en una fiesta o 1-2 cervezas cuando está comiendo con amigos.
Sin embargo, para otras personas, usar alcohol o drogas para manejar la ansiedad puede convertirse en un problema si se vuelve excesivo, o si se hace en contextos inadecuados, como al ir al trabajo o a clases.
Ira y desconfianza hacia otras personas:
Además de temer los comentarios negativos de otros, algunas personas con ansiedad social pueden tener dificultades para confiar en otros.
Por ejemplo, pueden evitar contar sus cosas no solo por temor a ser juzgados si no que también porque creen que la otra persona no va a ser capaz de mantener el secreto.
La ansiedad social también se asocia a altos niveles de ira e irritabilidad. Por ejemplo, personas con ansiedad social pueden enojarse mucho cuando otros los miran, o molestarse mucho cuando perciben que están siendo rechazados.
* Este listado no es exhaustivo y por supuesto que puede haber otras complicaciones asociadas que acá no mencionamos.
¿Cuántos de estos problemas te ocurren a ti?
Mientras más situaciones de éstas sumes, más recomendable será que pidas ayuda con un especialista.
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