Si tuviera que elegir qué me gusta más, no podría hacerlo. La toma de decisiones nunca ha sido mi fuerte, jejeje. Y lo cierto es que en mi experiencia clínica, el trabajo psicoterapéutico con niños/adolescentes me ha resultado igual de gratificante que el trabajo con adultos. Cada uno tiene lo suyo y simplemente ADORO tener la posibilidad de atender pacientes en un amplio rango etáreo.
En el trabajo con niños
Si tu hijo o hija tiene sesiones conmigo, jugaremos mucho y lo pasaremos genial. Esto es gracias a que el juego es una herramienta valiosa para hacer un buen diagnóstico y también para intervenir en el problema que los llevó a consultar. Además, trabajaremos codo a codo madre, padre y/o cuidador, para adquirir herramientas de manejo para la problemática del niño o niña.
Si tu adolescente trabaja conmigo, ¡lo más seguro es que también juguemos! y dialoguemos mucho para que pueda dar a conocer su mundo interior y así desenredemos juntos la madeja de emociones y situaciones complejas que lo aquejan.
Por supuesto que tú como madre y padre también serán incluidos. A veces es necesario invitar a la psicoterapia a abuelos, amigos, la polola, el primo, todo sirve para aportar información y activar la red de apoyo de quien consulta.
Cuando la ocasión lo amerita, realizaré una visita escolar al colegio de tu hijo o hija, o mantendré contacto con sus profesores. Sabemos que el trabajo coordinado con el entorno del paciente suele potenciar los resultados de las intervenciones.
En el trabajo con adultos
Si eres adulto joven, y trabajas conmigo, podrás realizar un viaje hacia el interior de tu mente y tu corazón, logrando conocerte y comprenderte como no lo habías hecho antes. Seguro entenderás cómo has llegado a sentirte como te sientes hoy, y aprenderás algunos trucos o habilidades que te permitirán afrontar de mejor manera los desafíos de tu vida.
Conversaremos, “arreglaremos el mundo”, analizarás las cosas desde otro punto de vista y de seguro también nos divertiremos. Aunque debo advertir que el proceso de psicoterapia no siempre es un camino sencillo, pues implica que debes mirar a la cara a tus sombras, a tu niño interior, o a aspectos que tenías medio bloqueados, y eso generalmente es doloroso.
Pero como en todo viaje, obtendrás aprendizajes, y vale la pena “estar mal” en un espacio seguro y contenido, por un tiempo limitado, para después estar mejor y continuar “haciéndote camino al andar”.
En el trabajo con la ansiedad
Si tu “tema” es la ansiedad, entonces ¡estás en el lugar correcto! Aprenderás muchísimo sobre ella:
- Qué es la ansiedad.
- Cómo se expresa en el cuerpo y mente.
- Qué factores intervienen en la ansiedad.
- ¿Por qué siento tanta ansiedad?
- Estrategias concretas para manejarla.
- Y mucho más.