Mariam, mamá de Esteban de 15 años.

Antes de consultar, Esteban estaba como enojado con la vida. Estaba todo mal, según él nadie lo entendía, nadie lo quería, y no quería hacer nada. Estaba haciendo la cimarra, se escapó por 2 horas de casa y nadie sabía dónde estaba. Esteban salió más reflexivo y contento en la primera sesión. Le gustó ir a terapia. Los cambios que vimos fueron que estaba más contento, ya no se enojaba por todo, se comunicaba más. Expresaba lo que estaba pasando anímicamente. Asistía al colegio, estaba más sociable. Lo que más nos ayudó fue conversar de ciertos puntos de conflicto en los cuales yo estaba involucrada. Nos ayudó a mejorar nuestra relación y que existiera más confianza para hablar de todos los temas, incluso hablamos sobre qué no nos gustaba del otro, para poder mejorarlo. Como consejo a otros que estén pasando por una situación como la nuestra, les diría que busquen ayuda, que muchas veces es necesario como padres que nos retroalimenten sobre cómo estamos guiando a nuestros hijos. Recomendaría a Paz al 100%. Mi hijo después de la primera sesión ya salió diferente y como mamá me quedó marcada la pregunta que me hizo en la primera sesión: ¿qué esperaba de la terapia? Y pasó exactamente la respuesta que di. Muy agradecida.

Claudia, mamá de Sebastián de 14 años.

Antes de ir donde María Paz estaba en una situación de desconocimiento total del síndrome que se le había diagnosticado a mi hijo (Asperger), pedí ayuda porque necesitaba que mi hijo tuviese una vida lo más normal y sin sufrimiento posible. Vimos en ella una profesional muy tierna, comprensiva, comprometida y eficiente con mi hijo, algo que para mí como mamá es muy importante. Los resultados de la terapia fueron óptimos al punto que ha podido superar sus frustraciones, temores y relaciones con sus pares, y su estado de ánimo está mucho mejor. Lo que más nos sirvió fueron las conversaciones que ha sostenido con mi hijo y la orientación que me ha dado a mí, para tener mejor relación con mi hijo. Entre las sesiones presenciales y las online no hay mucha diferencia, pero mi hijo prefiere las presenciales porque le encanta estar cara a cara. Si tuviera que aconsejar a alguien en nuestra situación, le sugeriría que le hiciera los tratamientos necesarios a su hijo para que estuviese bien y recomendaría 100% a María Paz por su eficiencia, buena disposición y carisma. En conclusión, es una excelente profesional, y a mi hijo le encanta su psicóloga ya que dice que ella lo entiende.

Jimena y Alexis, papás de Isidora de 16 años.

Nuestra hija sentía que estaba deprimida todo el tiempo y que necesitaba ayuda especializada para tratar de enfrentar sus temores. Lo que nos hizo quedarnos en el tratamiento fue principalmente la empatía y confianza que desde el primer momento sintió Isidora para conversar con Paz, y el sentirse libre de expresar todos sus sentimientos. A lo largo de la terapia, Isidora ha mejorado en todos los ámbitos: personal, familiar y con sus amigas. Sabe que debe seguir trabajando con ella misma, pero ahora la tensión y angustia han disminuido, ella trata de ver la vida ahora de forma más positiva, aunque siempre está dándole muchas vueltas a los problemas de los demás, haciéndolos parte de su vida. Lo que más nos ha ayudado es el entender que es una persona que tiene muchas cosas positivas y que debe quererse más. Creo que el mejor consejo para alguien que está pasando algo como lo de nosotros sería que si una persona siente que necesita ayuda o los demás (padres, familiares, etc.) sienten lo mismo, es ahora la mejor opción de pedir asesoría. Hoy que existe mucha depresión y desconsuelo por lo que sucede a nivel país y a nivel mundial, si uno puede sentirse más acompañado y trabajar en sus problemas de una manera más consciente, sin duda que vale la pena intentarlo. Por otro parte, recomendaría a Paz especialmente porque logra la empatía que un adolescente o joven necesita recibir hoy, para poder comunicarse y expresar sus emociones sin sentirse presionado. Además, siempre es una agrado conversar con ella, lo que sin duda también nos ayuda como padres a ayudar a nuestros hijos en conjunto.

Gloria y Fernando, papás de Nelson, de 7 años.

Antes de consultar, estábamos en una situación muy compleja, nuestro hijo tartamudeaba mucho y estaba muy nervioso y con mucha dificultad en relacionarse con sus pares. Le pedimos ayuda a María Paz, porque estábamos superados con la situación, en especial yo que soy la mamá. Desde el primer momento nos sentimos muy acogidos con María Paz, es impresionante la capacidad que tiene para identificar con claridad y en poco tiempo dónde esta el problema y como nos está afectando. Nuestro hijo tuvo una importante mejoría, al punto de no tartamudear casi para nada, adquirió más fluidez en su vocabulario y aprendió a relacionarse mejor con sus compañeros, generando nuevas amistades. Lo que más nos ha ayudado de encontrar una psicóloga como María Paz, ha sido el alivio de ver que desde la primera sesión, no estamos solos, que todo tiene solución. Es una profesional completamente comprometida a ayudarte y lo logra con creces. Entre las sesiones presenciales y las online no hay en verdad gran diferencia, salvo el hecho de no poder abrazarte después de una sesión como agradecimiento, María Paz sigue teniendo la misma personalidad que en vivo. Como consejo para quienes lo están pasando mal, les diríamos que tengan fe… todo pasa… paciencia y mucho amor, pidan ayuda a la gente que los quiere.

Cecilia y Roberto, papás de Gastón, de 13 años.

Con Gastón estábamos pasando una situación límite en su estado de ánimo y su vida cotidiana, estaba complicada su sociabilización y su comportamiento. Él es hiperactivo y tiene déficit de atención y estas dos condiciones estaban conspirando en la vida en general. Llegó a un momento de crisis en el colegio y en la vida familiar. Conocimos a María Paz hace un tiempo atrás, recomendada por su neurólogo de años. Nos gustó desde el primer momento, sentimos confianza desde las primeras preguntas y notamos en ella una mezcla de elementos que podían aportar positivamente en nuestro hijo, facilitando una relación de confianza con el “paciente” y de ella con los padres de los niños, lo que evidentemente es fundamental en el progreso de la terapia. Ir a terapia ha sido la mejor decisión que hemos tomado. Su aporte es tan importante que permitió que enfrentara los actuales desafíos de una forma mucho más madura y segura, tiene una perspectiva de los hechos que le permiten tener una mejor relación con la familia y los amigos. Tiene mayor conciencia de los compromisos, lo que mejora su relación con el colegio. Logra reconocer sus emociones, es más reflexivo y se mantiene positivo ante la situación actual de cuarentena. Podríamos decir que ahora cuenta con una caja de herramientas a la cual puede acceder cuando lo requiera en los momentos complejos. En síntesis, es un proceso de aprendizaje, aceptación, crecimiento personal, manejo en el estado de ánimo, conocimiento y conciencia del entorno. Nos han servido mucho las tareas enfocadas en generar conciencia de lo que somos, lo que sentimos y de las personas con las que nos relacionamos, principalmente, la familia. Generar empatía y valorar lo que el otro está sintiendo. Desarrollo de herramientas de ayuda. No se ha notado mucho la diferencia entre las sesiones presenciales y online, claramente es mejor estar en contacto con la persona, pero en ocasiones de crisis es fundamental ser escuchado y comprendido más que la presencia física. Como consejo a familias en nuestra situación, les diríamos que es fundamental acceder a una terapia, se deben dejar todos los prejuicios sociales sobre la salud mental y darle la importancia necesaria al bienestar psicológico de los niños y los adultos. La situación puede ser muy diferente al estar contenido, comprendido, escuchado. Generar mejores relaciones en el ámbito social puede cambiar la vida de las personas. Para el éxito de la misma, es muy importante encontrar la persona adecuada para los niños, alguien que genere un buen lazo de confianza y que ésta no se transforme en un mero trámite con el que hay que cumplir.

Cecilia y Roberto, papás de Benjamín, de 17 años.

Con Benjamín la llegada de la adolescencia fue difícil y trajo a su vida más de alguna complicación en las relaciones personales y con su entorno social, principalmente con su colegio. Llevar a Benjamín con María Paz no fue tema de discusión porque teníamos claro lo positivo que sería trabajar nuevamente con ella (habíamos trabajado ya juntos con nuestro hijo menor). Con Benjamín estamos en desarrollo, aún en terapia, en la construcción de su caja de herramientas personales, y las que ha conseguido hasta ahora nos han permitido bajar su ansiedad, mejorar su estado de ánimo, mejorar la relación con la familia y nos ayuda a enfrentar mejor las dificultades de las actuales circunstancias, con mejor ánimo y más feliz.

Javiera, mamá de Lucas de 12 años.

Con la Paz hemos crecido. Mi hijo ha adquirido herramientas que le han ayudado mucho en sus relaciones y en su autoestima. Lucas tenía muy mala disposición a seguir una terapia, pero Paz es muy cuidadosa y nunca lo presiona, dejando que tenga sus ritmos y días. Como mamá me ha ayudado a tener confianza en mis aptitudes y esto ha fortalecido mucho la relación con mi hijo. Es una mujer de gran calidad humana y profesional. La recomiendo 100%

Ximena y Antonio, papás de Magdalena de 12 años.

Para mi hija la terapia ha sido muy importante porque le ha permitido tener más confianza en sí misma y abrirse más con sus pares. Ella es una niñita que le cuesta confiar en los demás pero con Paz lograron vincularse muy rápidamente, eso para nosotros como papás fue una grata sorpresa y nos hizo sentir que íbamos por buen camino. En la medida que avanza el proceso de psicoterapia, vemos a nuestra hija más tranquila, contenta y con una buena disposición a participar de las sesiones con la psicóloga. Esperamos que continúe así de bien para que los cambios que ha tenido se refuercen en el tiempo.

Andrea, mamá de Constanza de 18 años

Nosotros como familia hemos tenido dos procesos terapéuticos con María Paz. El primero fue después de aproximadamente 2 años de que mi hija tuvo terapia con otra psicóloga y derivó en que la niña empeoró e incluso tuvimos que hospitalizarla. Después de eso, conocimos a María Paz y tuvo un proceso como de un año hasta que dio de alta a Constanza. La forma de ser de la niña cambió completamente, igual estuvo ayudada con fármacos, pero fue madurando también y María Paz la ayudó muchísimo porque habló con ella cosas que nunca había hablado con la psicóloga anterior. María Paz tiene una forma de ser muy tranquila, es pausada y le da el tiempo a la persona para que tenga la instancia de abrirse. Esta segunda terapia que estamos haciendo ahora ha sido mucho más rápida, en este momento mi hija ya tiene 18 años y estamos viviendo esta contingencia como país, es su primer año de universidad, no ha podido ir a clases y su carrera es 100% presencial, entonces esto de tenerla online ha sido muy estresante para ella, el coronavirus ni hablar. No fue un buen año para que diera la PSU tampoco, entonces ha sido todo complicado, y ella no estaba bien psicológicamente hablando, empezó a guardarse las cosas nuevamente y como ya dominamos mejor estas cosas, pedimos una hora rápidamente -porque al principio una no entiende nada de lo que le está pasando, una dice “es la adolescencia”, pero en nuestro caso fue más que eso-. Recién ha tenido una sesión con María Paz y los cambios han sido increíbles, la semana pasada no nos saludaba, no nos miraba, no nos hablaba, no se sentaba con nosotros a la mesa, estaba muy enrabiada con nosotros, con la vida, con todo, y esta semana ha cambiado radicalmente su actitud. Falta obviamente mucho camino por recorrer, pero sin la ayuda de María Paz esto habría sido un calvario y no sé dónde habríamos terminado. Yo ahora tengo mucha fe en que vamos por muy buen camino y que va a ser solo un impasse en su vida y que las cosas van a salir muy bien, así que estoy tremendamente agradecida de nuestra psicóloga ☺.