Antes de consultar con Paz estaba triste, desesperanzada, con esa sensación de “me voy a quedar así para siempre, esto va a estar siempre conmigo, nunca voy a poder salir de esto, mi cerebro es así y no voy a cambiar, lo único que puedo hacer es aguantar”. Estaba deprimida, no tenía ganas de hacer nada ni de trabajar, me había salido de mi trabajo y no sabía qué hacer. No sabía qué estudiar y me presionaba mucho.
Conocí a Paz y me gustó mucho su carisma y que me dijera que había pasado por lo mismo y que ha hecho charlas y pensé “ojalá algún día pueda llegar a hacer eso”. Sentí que esto tiene arreglo y que ella me iba a dar las herramientas para llegar donde quiero.
Antes no hablaba con nadie por la ansiedad y me sentía sola, estaba todo el día acostada en mi cama. Sentía muy lejanos a mis amigos, como con una pared, no me atrevía a abrazarlos, decirles te quiero porque pensaba “qué van a decir”. Ahora me atrevo a preguntarles cómo están, los invito a salir, voy a hablar con mi hermana, resolver tranquilamente los problemas con mi pololo, de a poquito estoy en eso.
Después de la terapia cambió mi optimismo, ya no tengo la mentalidad de que “no puedo”. Ahora pienso que voy a poder, me va a costar, voy a tener pena pero voy a poder. Ahora disfruto más a las personas, a mis amigos y mantener esa conexión con las personas es lo que me hace sentir bien y feliz. Me dejo llevar, no ando tensa y me volví a reír a carcajadas. Estoy más conversadora… incluso me han dicho ¿en qué momento te vas a callar?
He vuelto a mi esencia, a ser la Abi de antes. Y me sorprende porque fueron 3 meses en terapia, lo que me ayudó mucho a motivarme, tomar la iniciativa y mantenerla. Ahora pienso que hay que exponerse a hacer las cosas aunque me ponga como un tomate y saber que puede salir mal o bien, voy a estar agradecida de que al menos lo intenté.
Si pudiera aconsejar a alguien que tenga esta dificultad le diría que vaya con Paz, que se atrevan y que tengan consciencia de cómo están y tengan las ganas de salir adelante. Que se atrevan a hacer las cosas, intentar todos los días un desafío chiquitito. Al final todo sale bien.