Testimonios de Pacientes

Carol
37 años

Antes de comenzar la terapia estaba cansada de sentirme tonta y avergonzada y de lidiar con algunos síntomas que me eran tan naturales y tan parte de mi personalidad, pero que no sabía a qué obedecían. Cuando conocí a la Paz, sentí que ahí era, que no podría haber encontrado un mayor nivel de empatía porque ella ayuda a la gente con esto y además le ha pasado lo mismo. Por eso dije: aquí es.

Además, fue muy acogedor trabajar con otras mujeres, todas avergonzadas, todas obligadas a participar y a hacer algo que nos cuesta mucho. Sabía que tenía que decir lo que siento, lo que me pasa, pero en un contexto en que los otros sabían que lo estaba haciendo con este triple esfuerzo.

Yo siempre me obligo a hacerlo pero con un costo muy alto, poniéndome muy roja, sintiendo que lo hice mal… Ahora era así como: solo lo hice, pude hacerlo. Ahora soy más amable conmigo misma.

Aprendí que no todo lo que hago y digo está mal, es una lucha interna y automática de desafiarte a tí misma. Ahora me desafío y opino tonteras a veces. También he desarrollado un nivel de profundidad mayor en mis relaciones, tengo más confianza con mis amigas, ahora es posible llorar juntas, decir estoy mal, o estoy bien, vente a mi oficina y hagamos algo. Todo ha sido mucho más poderoso de lo que esperaba.

Anoté el próximo tatuaje que me quiero hacer: soy suficiente. Este mensaje es para mí. He sido demasiado exigente conmigo. Necesitaba parar, porque ya era suficiente. Parar de estudiar, de hacer cursos, de trabajar tanto, de decir a todo que sí para que me validen y me reconozcan. La Carol que quería hacerlo todo para sentir que es suficiente aquí quedó. Ya no más.

Recomiendo a Paz porque ella trata su ansiedad y ayuda a otros con lo mismo, yo iba super confiada porque sabía que tenía herramientas que me iban a ayudar. La modalidad grupal ayuda bastante, es toda una experiencia saber que hay conexión sistemática con otras mujeres. Yo decía: “hoy no puedo porque tengo Zoom”, era un espacio sagrado.