Testimonios de Pacientes

Esteban
23 años

Me estaba perdiendo muchas oportunidades por la ansiedad social, por la universidad, como preguntar y aprender más, porque podían pensar que la pregunta es tonta, o para no alargar la clase, no me atrevía.

También estaba en una autoevaluación constante a ver si estaba cayendo bien al resto de la gente, o sentía intranquilidad al tener una reunión social con gente que no conocía mucho y lo evitaba. 

Cuando me invitaban me daba algo en el corazón y decía que no, mi mente no podía a pesar que pensaba que lo iba a pasar bien.

Con la terapia logré más seguridad al enfrentarme a todas las situaciones sociales, y bajé los síntomas físicos: ya no se me sale el corazón, ahora solo se me acelera un poco; también puedo saludar de mano porque no sudo tanto.

Puedo preguntar cómo se hace algo sin temor a que me encuentren tonto.

He podido hablar con mis compañeros de curso, tirar tallas, soltarme.

Hablo menos tenso, no preparo el diálogo de antes.

Tengo mejores relaciones con mis cercanos.

Puedo mirar a los ojos a la gente, de chico nunca podía y eso me da más seguridad.

En resumen, ahora voy menos tenso por la vida.

A alguien con ansiedad social yo le diría que es algo común, que no está solo, le contaría lo que yo pase y que necesité ayuda de otro tipo, porque por mis propios medios no pude.

Le recomendaría que vaya a psicoterapia, ojalá donde una especialista buena. Le diría que cuesta, que es gradual pero que lo va a lograr si aplica las herramientas que le dan.