Antes de iniciar la terapia solía estar muy pendiente de la ansiedad, de que me iba a poner roja, de la crítica, o que no tenía la comodidad para decir algún comentario y me lo reservaba.
Cuando conocí a Paz me gusto mucho la conexión que tuvimos, me sentí súper cómoda, se notaba que me entendía y que sabe mucho del tema, siempre me sentí acogida y con confianza para poder mostrar todas estas debilidades que uno tiene.
Gracias a la terapia logré hacer cambios en mi voz interior que ya no es una cosa crítica que me domina, ahora sé perfectamente cuándo aparece eso y sé que no está bien y puedo empezar a hablarme de mejor manera.
Ahora puedo disfrutar más en reuniones sociales, puedo expresar más mi opinión sin cuestionármelo. Antes pensaba que había gente que vivía sin ansiedad y lo que aprendí es que en realidad debemos aceptar la ansiedad y manejarla, no que me invada y me domine.
Al comprender todo esto mi ansiedad basal disminuyó y por primera vez siento que tengo más control de la ansiedad y no ella sobre mí.
Si tuviera que aconsejar a personas en una situación similar a la mía antes de la terapia les diría muchas personas tenemos ansiedad social, que no eres la única, que la ansiedad no se elimina si no que se aprende a vivir con ella.
Que uno adquiere más herramientas para tenerla más controlada y que no invada tu vida, y que es necesario un proceso terapéutico para poder ir disfrutando más.