Testimonios de Pacientes

Isidora
24 años

Antes de consultar estaba demasiado mal, muy sobrepasada, no tenía tiempo para nada, básicamente estaba exigiéndome muchísimo porque no me resultaban las cosas como yo quería que me resultaran y llegué a un punto en que mi cuerpo me mostró que ya no podía más, me dolía la cabeza, la espalda, la guata, era una sensación de angustia demasiado grande.

Llevaba un tiempo así y decidí que no podía seguir en ese estado, porque no era sano bajo ningún punto de vista.

En las sesiones rápidamente me sentí comprendida, y vi que no era solo yo a la que le pasaba esto. También vi que tenía solución.

Si bien no eliminé la ansiedad (porque no se puede, aunque uno quisiera “hacerlo perfecto” también en la salud mental), he aprendido a identificar qué me la provoca, parar un poco y vivirla, permitirme sentirla, y eso para mí es un gran avance.

También siento que aprendí a darme cuenta que es imposible hacer tantas cosas al mismo tiempo y hacerlas todas bien.

Logré dejar un trabajo y fue muy positivo, es impresionante como uno a veces no se da cuenta de qué es lo que te está haciendo mal, y en este caso era que estaba haciendo muchas cosas y eso me colapsaba.

Antes me dolía siempre la guata sin razón aparente y seguía funcionando, y ahora que he dejado de hacer tantas cosas, casi no me duele. No me había dado cuenta que era por eso.

Me ayudaron mucho los ejercicios para hablarle distinto a mi ansiedad, y para poder parar, pensar e identificar lo que me estaba pasando. Dejé de estar siempre en “piloto automático”.

Consejo a alguien con ansiedad: Le diría que no ignore lo que le está pasando, porque si no, nunca se va a solucionar. Que pida ayuda, que vaya a terapia y que es bacán.

Recomiendo a la Paz porque genera un espacio donde uno se siente bien, donde se puede conversar, da confianza, seguridad y nunca me sentí juzgada y eso lo encuentro bacán.