Testimonios de Pacientes

Paola
43 años

Pedí ayuda con la Paz cuando sentí que no lograba manejar la situación con mi ansiedad social, cuando me di cuenta de que esto solo iba a ir creciendo cada vez más. Yo huía e inventaba cualquier excusa para evitar las reuniones: decía que yo estaba enferma, o mis hijas… hacía todo un show para salir corriendo.

Tanto era mi terror que en una graduación del colegio en que trabajo tenía que presentar algo e inventé que mi hija se había caído en el jardín, y yo después decía: “qué me pasa, cómo pude inventar eso”.

Yo sabía que no iba a poder salir sola de esto. Lo intenté por años, pero lo hacía mal, porque me trataba mal. Me decía: “pero cómo tan tonta, cómo, si eres jefa, cómo si tienes más de 40 años, cómo te va a costar tanto aún”. Me sentía una real impostora, un fraude. Nunca lo conversé con nadie porque me decían que era imposible que sufriera tanto, que no me se me notaba.

Al hablarlo con alguien que no te juzga y te comprende, sientes que no eres la única en el mundo y que hay maneras de irlo remediando y avanzando, y que no es un enfermedad.

Lo que me gustó de la Paz fue la confianza y la cercanía que genera, y eso que fue una terapia 100% online… Yo pensé que iba ser frío, no cercano, pero así y todo ella hace sentirse confiada y comprendida. Las características personales y profesionales de la Paz, y el hecho de que el programa sea tan completo, hacen que uno se sienta muy bien y vaya avanzando en cada sesión.

En el programa no solo me dieron los tips, como en una receta de cocina, si no que fuimos paso a paso entendiendo qué es lo que yo tengo, cómo funciona, de dónde viene, me vi internamente y cambié el chip, y luego vimos las técnicas para enfrentarlo. Esta vez logré pasar la barrera de llevar las estrategias a la práctica. Antes las tenía anotadas y no era capaz de hacerlas.

Durante la terapia vi muchísimos cambios: aprendí a quererme, a aceptar como soy, en todos los aspectos. Supe bien qué es lo que me pasa: antes yo creía que era vergüenza no más, pero ahora sé bien lo que es la ansiedad. Aprendí a tratarme mejor, y ya no ando de mal genio antes de las reuniones, ni tampoco quedo destruida cuando terminan. Eso afectaba mucho a mis hijas y a mi esposo.

Con todo esto, mi ánimo también mejoró bastante, y lo mejor es que le di el ejemplo a mis hijas de que no tenemos para qué sufrir para siempre.

A alguien que estuviera en mi misma situación, yo le diría que sí se puede salir de eso, pero con ayuda. Uno no puede sola, no puede solo con las ganas. Necesitas a alguien que te esté guiando para poder avanzar.

Recomendaría trabajar con Paz por la cercanía, la empatía, el profesionalismo, lo sistemático y organizado del proceso. Son sesiones de psicoterapia, luego tareas y ejercicios que ayudan a alcanzar TUS objetivos, porque ella no tiene una varita mágica que va a hacer todo por ti, pero sí te entrega las herramientas precisas. Profesionalmente sabe mucho y eso da la confianza de seguir, además me dio tranquilidad y seguridad, y lo pasábamos súper bien en las sesiones, jaja.

Estoy feliz, feliz, feliz, porque al fin encontré lo que busqué por años. Esto me ayudó de verdad, vi cambios reales, nunca sentí que no me estaba ayudando, cada sesión fue un aprendizaje y siempre me fui con algo que hacer. Agradecida hasta el infinito y más allá.