Testimonios de Pacientes

Alejandra
39 años

Antes de comenzar la terapia estaba muy ansiosa, me sentía agobiada e incluso estaba pensando en renunciar a mi trabajo porque simplemente no podía relacionarme con la gente, sobre todo en las reuniones de consejo de profesores, y menos de forma online.

Ahora que he avanzando en las sesiones estoy esperanzada y siento que esto tiene solución.

También sé que aunque es lento para algunas personas, igual se puede superar. Yo no soy tan joven, vengo de otra generación, con otra crianza, otra educación. Antes era todo más rígido y estricto, había bullying entre compañeros e incluso los profesores también podían maltratar a los alumnos (una profesora se burló de mí por este problema y eso me marcó mucho). También los papás eran diferentes, se exigían buenas notas a cualquier precio, y todo eso hoy me juega en contra.

Me ha gustado la confianza que me da la Paz, los aprendizajes que he tenido gracias a la información que me entrega, además que siempre está pendiente.

Con toda esa información sobre ansiedad social me he sentido muy identificada y se me prendió esa lucecita de esperanza de que esto no es para siempre, y las tareas me han servido mucho para ordenar mis pensamientos.

Los cambios que he tenido son que estoy tratado de cambiar mucho mis pensamientos, y que he tratado de no escuchar esa voz interna que me tira para abajo y que me dice: “oye, estás haciéndolo mal”.

Esto lo trato de aplicar en la vida sobre todo después de las reuniones, para no tratarme tan mal.

En mi estado de ánimo me he sentido mejor y más valiente para enfrentar todo eso que es difícil para mí, que es nuevo, como hacer clases por Zoom, hacer reuniones, exponerme, mostrar mi espacio, donde vivo.

Mi pareja me ha dicho “se nota que estás mucho mejor en tu estado de ánimo” y que él ve que ahora me atrevo a hacer muchas más cosas, a hablar más.

Lo que más me ha servido es conocer bien lo que es la ansiedad, saber lo que pasa en nuestro cerebro, los síntomas, conocerme, saber lo que a mí me cuesta más y lo que voy sintiendo en ese momento.

También el saber que el cerebro es flexible, que no está determinado a ser siempre igual, no queda rígido después de cierta edad y que uno puede ir modificando la conducta. Aunque sean avances chiquititos los que he tenido (por el contexto tan complicado).

Consejo para alguien en mi situación: que se crea el cuento, que se atreva a hacer más cosas, que no se restrinja tanto, y que no escuche esas voces de pensamientos negativos.

Que vaya a terapia porque sola no es lo mismo, uno tiene que hablarlo con alguien.

Recomiendo a la Paz porque da confianza, porque sabe del tema, es especialista, porque es muy empática y ha pasado por lo mismo, y qué mejor que alguien que te entienda por todo lo que estás pasando.

Antes de pagar la terapia no tenía ninguna duda, porque yo estaba feliz de haberla encontrado 🙂