Salud Mental

Sobrevivir al suicidio de un ser querido

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El duelo de Amapola, una sobreviviente del suicidio de su hermana.

Hablar de suicidio no es fácil.

Requiere de un uso responsable del lenguaje, evitando las connotaciones valóricas, palabras rebuscadas y una solemnidad excesiva que llegue a incomodar a quienes han sobrevivido a la muerte por suicidio de un ser querido.

No queremos que aparte de todo el dolor que llevan quienes sobreviven a esta tragedia, se agreguen otro malestar debido al estigma, y que terminen sintiéndose como “bichos raros”.

Hablar de suicidio no es incitarlo: es visibilizar un complejo fenómeno de salud pública que cada año cobra más de 800 mil vidas a lo largo del mundo (OMS, 2020), por lo que poner el tema sobre la mesa se vuelve fundamental para crear consciencia sobre la importancia del cuidado de la salud mental de la población.

“Hablar de suicidio permite a las personas en duelo poder expresar lo que están sintiendo. El dolor se vuelve trabajable, y permite buscar la ayuda necesaria para la supervivencia” luego de este tipo de muerte, dice Amapola. Ella es arqueóloga. Su hermana, psicóloga que ejercía en el sistema público, falleció por suicidio en noviembre de 2019.

A Amapola la conocí por Instagram, donde tiene una cuenta llamada @asi_canta_el_amaranto, en la que expone parte de su proceso de duelo por la muerte de su hermana Amaranta.

Aquí compartiré esa entrevista que se dio producto de varias sincronías, y que Amapola quiso dar con mucha generosidad. Estoy muy agradecida de ella y soy una admiradora de su sabiduría.

ACLARACIÓN:

Esta es la experiencia personal de Amapola, que está atravesando el duelo por su hermana, y no representa a nadie más ni a ninguna institución. Otras realidades pueden ser distintas, y por eso nuestro llamado es a acudir a las fuentes de información oficiales.

La Red de Equipos de Prevención del Suicidio, REPS Chile, junto al Ministerio de Salud del Gobierno de Chile, redactaron una guía de apoyo para quienes sobreviven al suicidio de un ser querido. La puedes encontrar aquí.

ADVERTENCIA: Contiene contenido sensible asociado a temáticas de suicidio y depresión. Si estás atravesando por un momento complicado, al final de la entrevista se encuentran las líneas de ayuda disponibles en nuestro país.

Cuéntame un poco acerca de tu vinculación con el suicidio y la posterior creación de tu cuenta en Instagram.

La primera vez que me enfrenté al suicidio fue a mis 14 años, cuando mi entrenador de patinaje artístico se suicidó, y estuvo la prensa involucrada y todo. Fue traumático y doloroso ese acercamiento.

Luego, hace un año y unos meses, mi hermana que estaba cursando por una depresión muy severa se suicidó, y a raíz de eso, como una forma de canalizar y trabajar mi duelo decidí crear un Instagram, que en realidad lo uso como un blog donde puedo escribir mis reflexiones y pensamientos.

Me di cuenta que no existían muchos espacios de reflexión al respecto y le di énfasis a lo que es hablar de duelo por suicidio.

Para poder crear la cuenta, tuve apoyo de la Fundación José Ignacio. Ellos se juntan cada dos sábados vía online en grupos de apoyo para sobrevivientes de suicidio, ahí he aprendido mucho y me guiaron sobre cómo enfocarlo para que no fuera una mala experiencia para quienes lo leen.

Por ejemplo, supe que es importante no romantizar el suicidio, no hablar sobre los métodos empleados, poner links de redes de apoyo en todas partes, y advertir cuando hay en las publicaciones contenido sensible.

¿Cómo te enteraste de lo ocurrido con tu hermana? ¿Y cuáles fueron esos pequeños gestos de otros que te ayudaron a mantenerte con vida? Esto lo mencionaste en un post sobre unos calcetines, muy emotivo.

Yo estaba en el departamento con mi mamá y Amaranta vivía en su departamento con su marido que estaba fuera del país. Nos dijeron que había tenido un intento de suicidio, pero yo sabía dentro de mí que no había nada más que hacer.

El impacto es enorme, y es la adrenalina lo que te mueve. Fuimos con mi mamá y supimos que no había nada más que hacer.

Esos momentos son sumamente surrealistas porque te debes enfrentar a Carabineros, PDI, Servicio Médico Legal, uno no puede tocar nada. Es muy complejo, no sabes a quién avisarle, empieza a llegar gente, avisan por redes sociales… es un tornado donde tú no puedes enfocar bien la vista. No tienes nada que te ancle, es puro shock, no puedes creer que estás viviendo eso.

Ahí conté la historia sobre qué es lo que te aterriza, qué te da ese alivio.

En mi caso era que tenía los pies muy helados, yo había salido de mi casa con lo puesto, estaba con pijama, no podía ni hablar, y llega mi pololo y me trajo unos calcetines. En ese momento pude tomar consciencia de mi cuerpo, dónde estaba, qué estaba pasando. Ese alivio físico me permitió pasar a tomar contacto con las emociones.

Aquellos deben ser los peores momentos, pero en realidad es aún peor lo que pasa después, cuando llegan los sentimientos. En mi caso fue al día siguiente, al levantarme y darme cuenta de lo que había pasado. Ves que tu vida cambió para siempre, de manera tan brutal, y tienes miedo, frustración, rabia.

Es un carrusel, toda persona tiene mecanismos para sobrevivir durante los primeros momentos, te puedes reír, llorar, gritar, cambiar tantas veces de emoción.

Es un duelo que está cruzado por un trauma fuerte. Y tienes que salir del trauma para llegar al duelo, a la pena y a asumir que ya no está. Como es un trauma, tienes también esos síntomas, los pensamientos intrusivos, recuerdos como flashbacks.

¿Qué tipo de apoyo has recibido a lo largo de este proceso?

Estaba con psicóloga, pero quedó un poco suspendida por la cuarentena. Me era difícil sostener la terapia online, porque estoy con mis papás y me costó adaptarme a ese cambio de tener que hablar cerca de ellos, porque necesito privacidad para hablarlo tranquilamente.

También estoy con los grupos de apoyo a sobrevivientes de suicidio de la Fundación José Ignacio, y con el neuropsiquiatra que nos ha ayudado a todos en mi familia.

He recibido mucho apoyo de mi familia, de mis amigos, de mi pareja, que ha sido fundamental también. Siempre te vas a sentir solo, porque nadie te entiende, este caudal de emociones y no-emociones, entonces es súper necesario que estén preocupados de ti y de las cosas cotidianas como si te bañaste, si comiste.

¿Cómo es asistir a un grupo de apoyo para sobrevivientes de suicidio?

La Fundación José Ignacio, liderada por Paulina Del Río, quien hace 27 años perdió a su hijo por suicidio, ha trabajado mucho en la prevención de suicidio y apoyo a los sobrevivientes.

Antes se hacía presencial y ahora por vía remota, y se va a mantener así para que puedan acceder personas de otros lados. También hay un chat para no tener que esperar las sesiones que se hacen cada dos semanas.

Yo entré gracias a mi cuñado, marido de mi hermana, se lo recomendó a mi mamá pero ella no se sentía preparada y yo sí quería un espacio de conversación. Me sentía acompañada porque estaba con él. A los pocos meses él falleció por una afección, pero yo he seguido asistiendo.

Fue una experiencia sumamente positiva, era lo que necesitaba en ese momento, porque podía hablar con personas que habían vivido lo mismo pero de distintos roles, yo era doliente del luto de hermana, pero no podía entender qué vivía una mamá, su pareja, sus amigos, y con eso también podía saber qué les había servido, en qué creían, en qué no.

En estas reuniones surge cualquier tema, alguien habla de que pasó una fecha especial, por ejemplo. Si te hace sentido ir, puedes ir, está ahí el grupo siempre, y eso da una seguridad importante. Es bueno sentirse acompañado por personas que han pasado por lo mismo, te ayuda a darle perspectiva.

¿Qué te has replanteado de tu vida luego de lo ocurrido?

Me cambió todo, desde el rol en mi familia hasta todo lo demás. Todavía no sé cómo me impacta en el rol de ser hija única ahora, antes era hermana. Lo otro es el miedo, ella era un referente para mí, yo estaba terminando la universidad cuando me tocó, me quería independizar, tenía hartas metas que cumplir, todo el checklist de la adultez.

Vi harto en mi hermana la idea de validarse en la adultez, ella era muy independiente, autónoma, entonces yo pensaba: “si ella fracasó o no le funcionó, ¿qué me va a quedar a mí? ¿Por qué ella no pudo? ¿Por qué debería yo poder?”.

Me pregunté por qué necesitaba irme de la casa, y al parecer era solamente por la idea de que esto era lo que había que hacer.

Esto sumado a la pandemia me implicó el tener que estar más que nunca acá en la casa y decir “¿y ahora qué?”.

El duelo es agotador, es un milagro a veces salir de la cama. Pensar que algo le va a pasar a mi familia… que se van a morir. La perspectiva de futuro está totalmente alterada, y con todo eso se van reordenando las prioridades.

¿Y qué pasa con los sentimientos de culpa?

Uff, difícil. Me he preguntado qué hice, qué dije, qué no dije, dónde estuve, qué pasó. Y si no te sientes culpable, la sociedad te impone una carga: y por qué no lo vieron venir, si estaba tan mal por qué no recibió ayuda… es súper doloroso el ser culpabilizado y vivir con esa culpa.

Por suerte mis papás fueron súper, nos dijimos: no nos vamos a culpar entre nosotros, vamos a recordarnos que no hay culpables. Claro que una cosa es decirlo y otra es sentir realmente que hicimos lo que pudimos en ese momento.

Las relaciones familiares estaban complicadas en ese entonces, quedó congelado todo, y no en un buen momento.

Las hermanas funcionan en esa lógica, a veces te dices te odio, otras te dices te amo. Y acá no fue como que no lo vimos venir: mi hermana tuvo un deterioro que nosotros lo vimos, ella decía “estoy cansada”, estábamos con psicólogo, psiquiatra.

La caída brutal de ella fue en dos meses, solo estaba en la casa, iba a médicos, la vimos agotada, era algo que había crecido tanto y se ramificó tanto, que le afectó la salud física. Pero ella no quería internarse, y obligarla era pasar a llevar su autonomía.

Con el tiempo ¿has alcanzado algún nivel de “comprensión” de lo que la llevó a suicidarse?

El suicidio siempre es un fenómeno complejo, son múltiples factores, hay temas clínicos devenidos de traumas o condiciones y también lo que te pasa en la vida misma, se van entrecruzando factores.

Sí creo tener alguna idea del dolor que estaba atravesando, de dónde vino.

Espero no cruzar alguna situación similar así algún día, pero al menos siento que no estoy atascada en el por qué, porque quizás sí fue transparente en ese momento lo que estaba ocurriendo, no dejó tanto espacio para dudas.

La duda que dejó es: ¿se pudo haber hecho algo más? Pucha, tal vez podríamos haber cambiado este final.

Yo siempre tengo el optimismo de que sí se puede hacer algo más, pero también está la agencia de ella, y también es parte de su autonomía y su decisión.

También es complicado hablar de decisión, no hay consenso entre los profesionales del tema, porque ¿cuán coartada está una decisión por un cuadro clínico, por el efecto túnel? Pero finalmente ella lo hizo y yo no podría decir por qué lo hizo.

¿Podrías explicar lo del efecto túnel?

El efecto túnel consiste en que cuando está la ideación suicida se va viendo todo oscuro, y a medida que va avanzando el dolor, te vas metiendo como en un túnel donde se te van cerrando todas las posibilidades, la persona va sintiendo que la vida te va dejando sin otra decisión posible, hasta que ésta es la opción para acabar con tu sufrimiento.

Se habla de que el suicidio no es para dejar de vivir, si no que la persona quiere dejar de vivir con ese dolor, y el precio de dejar de vivir con el dolor es dejar de vivir del todo.

Ese efecto ¿lo da la persona, la enfermedad? ¿Es efectivamente así? Ahí se dan los debates de si el suicidio es finalmente una decisión o no.

Muchas veces la persona no dice directamente “me quiero morir” si no que dice que quiere descansar, que está cansada, quiere dormir, no quiere despertar más… y en el fondo es porque quieren dejar de sentir ese dolor tan grande.

Mi hermana era psicóloga, y le gustaba Freud. Él tenía dolores brutales en las muelas, en la mandíbula, y él dijo la frase “El mundo en una muela”. Yo le pregunté a mi hermana qué significaba eso, y ella me dijo: es porque el dolor es tan grande, que no hay mundo más allá del dolor”.

Cuando lo escuché fue importante, porque ella me decía que siempre a las personas con problemas de salud mental les dicen que son egoístas, poco empáticos. Y me decía: “imagínate estás con una pierna quebrada, ¿podrías empatizar con el dolor de cabeza de otra persona? Con ese nivel de dolor, ni siquiera puedes ver a los demás”.

Amapola, sobreviviente del suicidio de su hermana.

¿Qué ha sido lo que más te ha servido en este camino de ser una sobreviviente del suicidio?

En mi caso son las pequeñas cosas. El duelo para mí es como una enfermedad crónica, a veces duele con más intensidad y otras veces es más manejable.

Vivir con eso te limita mucho, entonces me han servido las actividades pequeñas que dejan al duelo en un espacio en que no fuese tan intensa la sensación: caminar, ver series, repetirme capítulos, escuchar las mismas canciones una y otra vez. He visto muchas veces Friends, uno se lo sabe, te genera emociones positivas, y James Bond, todas sus películas.

Desarrollé un terror a ver cosas que me dolieran, por tener temas relacionados a la muerte y al suicidio. Me pasó que me recomendaron Dark y la primera escena es un suicidio, fue terrible para mí. Luego me recomendaron una página que sirve para ver qué temas salen en las series y películas, para ver si me puedo exponer a ello.

Me ha servido tener la cabeza en otra cosa por ratos, y después volver a la realidad.

El duelo no es un dolor intenso por siempre. Con el tiempo, la sensación de terror y todo lo devenido del trauma baja, puede que haya eventos que gatillen los síntomas de estrés postraumático, pero cada vez son episodios más cortos y más manejables en mi caso.

Hay una luz de esperanza para el sobreviviente. La vida nunca va a ser lo mismo, pero puede volver a valer la pena, para eso lo intento. De verdad yo quiero seguir aquí y estar bien, no solo sobrevivir, si no que vivir.

Amapola.

¿Y qué ha sido lo que menos te ha servido, lo que te ha hecho daño, lo que tú consideras que no se debería hacer cuando estamos frente a una situación así?

Yo diría que darle un calificativo al suicidio, decir “oh, qué cobarde” o “qué valiente”, “yo haría lo mismo”, o esos comentarios que tratan de culpabilizar: “¿Y estaba tan mal?”, “¿y cómo llegó a eso?”. Cuando pasa eso, sientes ataques por todos lados, y no tienes el control de nada.

La clave para mí es la comunicación, que te pregunten qué quieres. A veces no quieres hablar y otras veces sí. Pregúntale a la persona si está dispuesta a escuchar lo que quieres decir, si puedes opinar, o si quiere una guía con algo concreto.

Que desaparezcan de tu vida y no te hablen por miedo, es algo que no aconsejo. Yo lo siento como una bomba que explota y saltan esquirlas, y hace daño a muchas personas, y hay quienes a veces no pueden aportar diciendo o haciendo algo que ayude. Valoro mucho cuando me dicen que no pueden hablar del tema porque no tienen la capacidad emocional para hacerlo, yo lo entiendo súper bien.

Pero si desaparece la persona uno dice: ¿habré dicho algo?, ¿me estará culpando? El ghosting no lo recomiendo.

Hablemos sobre la posvención. ¿Qué intervenciones recibieron tu familia y tú, luego de lo ocurrido con Amaranta?

Es súper importante la posvención, yo recién conocí este concepto, supe que había distintos niveles en que uno podía verse afectado por el suicidio: presenciarlo, que alguien que uno conoce se suicide, que sea alguien muy cercano, etc. Esto sirve para entender el grado de afección, y generalmente se habla más de la prevención y no tanto de la posvención.

Mi psicóloga de ese momento, es amiga de la familia, ella fue al departamento de mi hermana cuando estaba todo pasando, se puso en los zapatos de psicóloga y tuvimos una conversación, me llevó a un lado, yo sentía que me iba a morir también y que se iban a morir todos. Esa intervención fue un milagro, fue en un timing perfecto.

Después como familia fuimos al neuropsiquiatra de la familia a ver a qué nos íbamos a enfrentar. Funerales, velorio, día después. Cuando ya no hay ceremonia, y el mundo sigue girando: en esa etapa es fundamental el apoyo del medio y de los profesionales.

Cuando ella empezó en su etapa terminal, él la vio, él puso la alerta y dijo que esto era grave, y le hizo un ejercicio que siempre hacía con ella y con nosotros, de describirte en tres palabras, a tu papá, a tu mamá, a tu pololo, a tu hermana, etc. Es un ejercicio bastante especial.

Ella ya no estaba y él podía mostrarme lo que ella había hablado de mí. Había dicho que yo era “fría y distante”, y esas etiquetas para mí fueron brutales.

Él me dijo esa vez que siempre estamos pendientes de cómo terminan las cosas, y no tanto de cómo son los procesos. Que anclarse al final no te permite ver todos los procesos que tuvieron las relaciones, y que tenía que entender que ella estaba atravesando un dolor muy grande, por lo que estaba mirando el mundo con los lentes del dolor.

Uno no puede resumir una relación de 25 años en dos frases. Nada se puede definir en una sola palabra.

¿Consideras tú que lo que las Organizaciones Internacionales de Salud sugieren para la prevención del suicidio es suficiente? ¿Qué más hace falta hacer?

Los protocolos de cómo difundir noticias respecto a suicidio son liderados por profesionales expertos mundiales en suicidio (suicidólogos), y es información muy completa pero el tema es la barrera idiomática y también la difusión, y que los gobiernos locales hagan caso a los expertos.

En la prensa deben difundirlo de forma adecuada porque los medios masivos tienen un impacto tremendo en el manejo del suicidio. Si es mal manejado puede generan consecuencias graves.

Es valioso el aporte de estos expertos, debiera haber un esfuerzo por difundirlo, y también hacer investigación local porque son múltiples factores los que influyen, son otras realidades, entonces hay que saber cómo intervenir conociendo la realidad local.

Debemos preguntarnos qué esta pasando en nuestra realidad, hay organismos trabajando en ello, y es bueno tener claro dónde se puede acceder a esta información.

Es importante generar más información, estudiar más la temática, difundirlo, hacer que sea visible para aportar así a la prevención.

¿Qué podrías aconsejar a otro sobreviviente de suicidio que nos puede estar leyendo? ¿Qué acciones tomar para sobrellevar este dolor tan grande? ¿Cómo se sigue adelante?

Difícil pregunta, siempre es difícil.

Saber desde el principio: no es tu culpa, no estás solo, no te aísles, intenta hablar lo más posible, acceder a toda la ayuda que dispongas, acceder al grupo de ayuda.

Le diría que no va a estar solo en la medida que hable, que siempre va a haber alguien dispuesto a ayudar. No estás solo, porque hay mucha gente que está atravesando por lo mismo, y le diría que se puede seguir viviendo.

Aquí estaremos, atravesaremos esto juntos, para que haya alivio posible y ojalá construir una sociedad en la que no sea posible tanto dolor. Te va a doler tanto, y yo lo sé, pero vamos a estar bien.

También le diría que hay que dejarse ayudar.

Yo sentía que no me gustaba la persona en que me estaba convirtiendo: carecía de emociones, era poco empática, y me dije: ¿cambié para esto? Estaba disociada, me desconocí y efectivamente dije que no quería vivir siendo así. Y otras cosas las acepté, porque no podía cambiarlas, hay un cambio en la identidad severo.

No todos los sobrevivientes están obligados a ser expertos en prevención, aunque se asume que va a ser así. Pero no siempre tienes que salir heroico del dolor, y esa imposición puede inhibir la expresión emocional.

Me imagino que no siempre se termina siendo activista de la prevención del suicidio.

Sí, no siempre hay que salir siendo activista, no estamos en una película, esto es la vida real. Debemos quitarle ese rol romántico al sobrevivir.

¿Qué le dirías a alguien que te cuenta que ha pensado en cometer suicidio?

Que están las líneas de ayuda, que pida ayuda.

Mi cuenta de Instagram intenta mostrar qué queda después de que la persona se suicida, el impacto tremendo que va a tener en el entorno.

En ese momento la persona puede creer que nadie la quiere, que nadie lo valora, que su familia va a descansar de ella. Pero el impacto posterior no lo va a ver.

Alguien me ha dicho: “ohh, pensé en mis mascotas, quedarían solas. No sabía que mi muerte puede tener tanto impacto”. Sí, tu muerte puede cambiarlo todo.

Eso es lo que intento mostrar.

Tú intentas mostrar qué es aquello que la persona no va a ver, si se suicida.

Claro, yo lo llamo la paradoja de la supervivencia: hay gente con ideación suicida que me habla y tantea terreno, me dicen: “ah, tú estás bien, siguen comiendo en tu casa, están vivos tus papás”.

Eso es un dilema, porque pienso en cómo mostrar que la vida no es igual, pero a la vez quiero entregar un mensaje esperanzador para quienes lo han vivido. Es importante estar mostrándolo todo el rato.

Ojalá yo no tuviera que estar haciendo esto, no es bacán, nada más es una forma que tengo yo para seguir. No sé si alguna vez voy a sentir que valió la pena.

¿Cuáles son las líneas de ayuda en torno al suicidio en nuestro país?

  • Fundación José Ignacio, para quienes han perdido a un ser querido por suicidio. En www.fundacionjoseignacio.org y @fundacionjoseignacio en Instagram.
  • Salud Responde Chile, para todas las edades. En www.saludresponde.cl Fono: 600 360 7777.
  • La Línea Libre, para menores de 19 años, hay una aplicación disponible y también para llamar. En www.linealibre.cl y @lalinealibre en Instagram.
  • Red de Equipos de Prevención del Suicidio. REPS Chile. En www.repschile.org y @repschile en Instagram.
  • Fundación Míranos, para la prevención del suicidio en la tercera edad. En www.fundacionmiranos.org y @fmiranos en Instagram.
  • Fundación Todo Mejora, para niños y adolescentes de la diversidad y disidencia sexual. En www.todomejora.org y @todomejora en Instagram.
  • Núcleo Milenio Imhay para mejorar la salud mental de adolescentes y jóvenes. En www.imhay.org y @nm.imhay en Instagram.
  • Sol para la confianza, Fono: 800 004 222 y +569 82016781 y @solparalaconfianza en Instagram.
  • Clínica de duelo, www.legalmenteatencion.cl y @clinicadeduelo en Instagram.
  • Sacar tu voz, para mujeres sobrevivientes de violencia sexual. @sacar.tu.voz en Instagram.
  • Fundación Katy Summer. Prevención del suicidio adolescente asociado a situaciones de acoso escolar físico, verbal, escrito, psicológico y/o en redes sociales. En fsummer.org
  • Tecnología responsable: Promoción de una sana cultura digital en beneficio de niños y adolescentes para prevenir consecuencias en su salud mental. En www.tecnologiaresponsable.org

En caso de que requieras atención en salud y te atiendas en el sistema público, debes acudir al centro de atención primaria correspondiente a tu domicilio (CESFAM, CECOF, Hospital Comunitario, etc.). En este centro puedes recibir atenciones preventivas, como el control de salud integral, y también atenciones de salud mental y por enfermedad.

En caso de que requieras atención de salud mental en un nivel más especializado, serás derivado desde aquí al Hospital de referencia o Centro de Salud Mental Comunitario (COSAM).

Y para cerrar, ¿qué es para ti ser sobreviviente de un suicidio?

Sobreviviente es una etiqueta rara, a veces no quiero llamarme así, pero es para remplazarlo por víctima, para sentir que tienes agencia.

Ojalá no haber pasado por esto, pero ya que estamos aquí, vamos con todo. Es como esa lucha de que ojalá nadie tuviese que pasar por lo mismo.

Es una toma de conciencia de muchas cosas, un reordenamiento de tus prioridades, de tu identidad, de tu rol en tu familia, tu círculo. Es terrible, pero dentro de ello, uno tiene la posibilidad de seguir, es un proceso solitario pero comunitario, cada uno tiene sus ritmos.

Si una comunidad no aporta los elementos mínimos para apoyar al sobreviviente no funciona, nadie es un superhéroe, esto es un fenómeno de salud pública que se debe tomar en cuenta, a miras de que estamos en una situación sanitaria y social crítica.

Espero que esto sirva, que sea un llamado de atención para que las cosas cambien.

Todo lo que haga el resto de mi vida va a ser en memoria de ella y de mi cuñado.

Amaranta:

Que la fuerza entregada en vida nos dé la energía para luchar por el mundo que siempre quisiste. Ahora estás lejos de la sombra pero jamás lejos de la luz del sol. Te amamos, te extrañamos pero esperamos romper todas las barreras de la timidez para llevar tu amor morado a todos los rincones de este mundo”.

Amapola.

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