Antes de comenzar a trabajar con Paz sentía que vivía con miedo a no saber qué decir, a no saber qué hacer o cómo comportarme, siempre pidiendo perdón o disculpas, era agobiante esa situación, me causaba mucha ansiedad.

Tenía una carga muy pesada, me sentía agobiada siempre, rechazada, que no iba a caer bien, tenía muchos pensamientos negativos, me preocupada de cada detalle y se me apretaba el pecho, pensaba “me van a echar de aquí por fome”, incluso pensaba que no iba a ser aceptada por mi propia familia. 

Toda esta situación me sobrepasaba, me impedía hacer cosas por mi misma, al hablar me tiritaba la voz, pero eso ya no me pasa más, ahora voy a hacer mis trámites y no me tirita nada, y eso me hace sentir más independiente.

Desde que comencé la psicoterapia con Paz tengo más confianza en mí misma, en lo que quiero hacer, en lo que quiero lograr y ya tengo fe en que lo voy a lograr, ahora tengo mucha más seguridad en mí misma, en los pasos que doy, en lo que digo.

Quiero estudiar otra carrera, estoy aprendiendo a manejar, aprendí a nadar en estos meses, y en mis relaciones he logrado ampliar un poco mi círculo, hago cosas después del trabajo, salgo, converso, salgo a hacer ejercicio y tengo más amistades. Todo eso es nuevo para mí.

De a poco voy generando la conexión con la gente, y como soy buena para reírme conversamos puras leseras y lo pasamos súper bien.

Mi estado de ánimo mejoró mucho, mi ansiedad disminuyó y puedo controlarla mejor con mis pensamientos, he perdido el miedo al ridículo y a lo que hablen los demás de mi. Ahora entiendo que no tengo nada malo y que puedo mejorar en lo social.

Si pudiera aconsejar a alguien con ansiedad social le diría que pierda el miedo a mostrarse tal cual es, que se acepte, que nada es tan terrible, porque siempre puedes ir mejorando y cambiando. Que sea valiente y si es necesario que busque ayuda.