¿Te ha pasado que te has encontrado a ti mismo, figurativa o literalmente, golpeando tus puños, cabeza o cuerpo contra el muro, un muro que dice: “No debería ser así”?. Mientras tú afirmas: “No puedo con esto”.
Estás sufriendo.
Te estás resistiendo a la realidad.
Los desafíos de la vida no paran, y los muros no ayudan.
La aceptación radical es la habilidad para bajar nuestros muros.
Esta es la habilidad más prometedora de la Terapia Conductual Dialéctica (#DBT). Es además la más difícil de conceptualizar y practicar.
La mayoría de nosotros se resiste en vez de aceptar.
Al otro lado de nuestros muros está el dolor, el duelo, la decepción, arrepentimiento, y otras cosas que parecen intolerables.
Construimos las paredes para protegernos, pero el problema es que necesitamos atravesarlas para resolver problemas, hacer cambios y encontrar paz.
De hecho, tenemos que “entrar” al dolor, para poder tolerarlo. Como dijo Robert Frost, “la mejor manera de salir de algo, es atravesándolo”.
La aceptación radical es el primer paso HACIA y FUERA del dolor.
Marsha Linehan, la creadora de DBT, lo explica así: “la aceptación radical significa apertura total y completa hacia los hechos de la realidad, tal como son, sin hacer una rabieta por ello”. En otras palabras, sin muros.
Esto es radical.
Aquí hay 3 razones para aceptar radicalmente:
1) Negar la realidad no ayuda a cambiarla.
Solo porque no hables de algo, no lo sientas, veas o escuches, no lo hace desaparecer. Solo te hace ignorarlo, y cuando te das vuelta a mirar, la realidad sigue ahí. Sin importar cuánto nos resistamos, no podemos evitar que mucha gente se contagie. Necesitamos aceptar los hechos y hacer los cambios que están en nuestras manos.
2) Todo cambio comienza con la aceptación.
Puedes estar confundiendo aceptación, con aprobar algo o rendirse. Pero no es lo mismo. Hay muchas cosas que debemos aceptar aunque no estemos de acuerdo con ellas. Y aceptar no significa que las cosas NO puedan cambiar. De hecho, los cambios comienzan con la aceptación de lo que es.
3) El dolor no puede ser evitado.
Es parte de la vida. Estamos hechos para tolerar el dolor. Pero cuando no lo aceptamos, se convierte en una agonía. En DBT dicen: dolor + no aceptación = sufrimiento.
Evitar todo lo que esté asociado al dolor nos asegura dos cosas: el dolor va a continuar, y el sufrimiento se instalará.
Después de que la pareja de Elena falleció, ella se resistía a dejar su cama. Su pensamiento constante era: “él no debió morir, no quiero esto, me niego a aceptar que ya no está”.
Pero la realidad se mantenía ahí. Elena tuvo que buscar una manera de continuar con su vida. Comenzó a dedicar 5 minutos al día a sentarse en su sofá a aceptar que su pareja ya no estaba. Palmas arriba, cara relajada, respiraba profundo y decía: “por este momento, acepto que Andrés se ha ido”.
Con el tiempo fue siendo capaz de aceptar y permitirse llorar cuando caminaba. Luego pudo tomar sus pertenencias. Su muro de resistencia se estaba ablandando, y aunque estaba en duelo, su sufrimiento fue disminuyendo.
La manera de aceptar radicalmente, es hacerlo radicalmente, lo que significa que lo haces por completo, con todo tu cuerpo, mente y espíritu. y a menudo, es una práctica, no es cosa de solo una vez.
Debes dejar de golpearte contra la pared. En vez de ello, apoya tu cuerpo contra ella gentilmente, y suavemente déjate caer al suelo, relaja tu rostro, respira profundo, pon las palmas hacia arriba y, solo por este momento, acepta lo que es
Y luego hazlo otra vez.
La aceptación radical es tu entrada al dolor y tu salida del infierno.
Basado en publicación de Psychology Today, de Cecilia Dintino, PhD, adaptado por mí.
