Históricamente, la enfermedad mental ha sido retratada como algo peligroso. Hace 7000 años, la trepanación era el tratamiento de elección. Se creía que la enfermedad mental era causada por espíritus malignos, y que podía ser curada perforando pequeños agujeros en el cerebro. Escalofriante, ¿no?
Mientras la trepanación y otros métodos quirúrgicos como la lobotomía han sido desechados, hoy existe otra opción – una que ha sido tanto celebrada como menospreciada durante el último siglo: la Psicoterapia.
Hablar para tratar los problemas mentales es algo tan antiguo como la historia de la humanidad. En el año 300 A.C., Sócrates motivó a sus estudiantes a mantener discusiones filosóficas grupales. Estas discusiones, hoy conocidas como método socrático o dialéctico, fueron utilizadas para ayudar a las personas a entender mejor su universo y su propósito.
La psicoterapia contemporánea trabaja desde un marco conceptual que involucra el conocimiento de la mente y del cerebro.
Cuando es realizada por un terapeuta entrenado, la psicoterapia puede facilitar que el consultante hable y procese su experiencia personal a través de la conversación, mejore la comprensión de sí mismo y adquiera herramientas para manejar las dificultades en su salud mental.