Brené Brown, profesora e investigadora de la Universidad de Houston, estudia la valentía, la vulnerabilidad, la vergüenza y la empatía desde hace veinte años.
Comenzó estudiando la CONEXIÓN, lo que según ella le da sentido a nuestra vida, ya que estamos diseñados neurobiológicamente para estar conectados con otros, y es algo que nos mueve.
Descubrió que algo que impide la conexión es el miedo y la vergüenza, entendiendo a la vergüenza como temor a la desconexión (“hay algo de mí que sí otras personas ven y descubren, van a saber que no soy digno de estar en contacto/conectar con ellos”).
La vergüenza es una emoción universal, algo que todos sentimos, y quienes no lo hacen, no tienen capacidad de empatía o de poder conectar con otros.
Lo que sustenta esa vergüenza es el sentimiento de “no ser suficientemente bueno”: no ser suficientemente delgada, alto, extrovertido, graciosa, inteligente, etc. Y justamente, para poder conectar con otros, tenemos que dejarnos ver realmente como somos… y sentir que somos merecedores de esa conexión.
La Dra Brown encontró que las personas que se sienten dignas de merecer amor, personas “de todo corazón” (wholehearted) tenían algunas características en común:
⭐ El sentido de CORAJE
Son personas capaces de contar la historia de quién uno es, con todo el corazón, o sea, tuvieron el coraje de ser imperfectos.
⭐ La COMPASIÓN
De ser amables con ellos mismos y luego con el resto… no podemos practicar la compasión con otros, si no somos capaces de tratarnos con amabilidad a nosotros mismos.
⭐ Tenían CONEXIÓN
Estaban dispuestos a dejar de lado lo que se supone que debieran ser, para ser quienes eran realmente y conectar desde ese lugar de autenticidad.
⭐ Y aceptaban plenamente la VULNERABILIDAD.
Creían que lo que las hacía vulnerables, las hacía hermosas. Esta vulnerabilidad era algo incómoda pero muy necesaria. En términos simples, la vulnerabilidad es la disposición a hacer algo sin saber el resultado… por ejemplo, decir “te amo” primero.
Y se preguntó ¿cómo es que luchamos contra la vulnerabilidad?.
La adormecemos. Somos los adultos más endeudados, obesos, medicados y adictos de la historia de la humanidad.
El problema es que no podemos adormecer selectivamente una emoción: las adormecemos todas en el proceso. No podemos borrar solo la vergüenza, la pena, la decepción y el miedo, adormecemos también la dicha, la gratitud, la felicidad.
Cuando aceptamos que somos imperfectos, pero SUFICIENTES; cuando nos mostramos “con todo el corazón” y practicamos la gratitud, podemos sentir realmente que somos dignos de ser amados y respetados.
Si inicias tu viaje hacia tu interior en una psicoterapia conmigo, podrás profundizar en esto y terminarás abrazando tu vulnerabilidad como quien abraza un viejo árbol en medio del bosque para llenarse de toda su calma y bondad.
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