Ansiedad

“Solo quien ha tenido miedo puede ser valiente, lo demás es únicamente inconsciencia”.

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Esto es lo que plantea Giorgio Nardone, psicólogo italiano y fundador junto a Paul Watzlawick, de quien es el único alumno directo y heredero, del Centro de Terapia Estratégica de Arezzo.

Para Nardone, es evidente que todos tenemos miedo, pero la diferencia entre el valiente y el miedoso es que “el primero lo acepta y lo gestiona, mientras que el segundo no lo acepta y lo sufre”.

No existe la valentía sin el miedo. Toda persona a la que observamos siendo valiente, ha tenido, tiene, o va a tener miedo. Es bueno recordar esto para cada vez que vemos que alguien está ahí afuera, “en la arena” como dice Brené Brown en su famosa charla TED, exponiéndose, y haciendo algo.

“No hay nada más aterrador que el momento en el que exponemos nuestras ideas al mundo”.

Brené Brown, investigadora norteamericana de la vulnerabilidad y la vergüenza.

El miedo y la valentía se necesitan mutuamente para existir, como el día a la noche, el yin y el yang. Si no tienes miedo, no hay nada que vencer. ¿Lo habías pensado? Sería hasta un poco aburrido, ¿no crees?

Y si no aceptas tus miedos, y no los miras a la cara, te puedes quedar sin conocer esa valentía que está en ti. Esa es la invitación que quiero hacerte, ahora que estás leyendo esto.

Nardone esgrime que el camino a seguir para superar el miedo no es evitarlo, ya que “cuanto más se evita, más se alimenta”. Se hace más grande y tú vas creyendo poco a poco que no te la puedes con eso.

Hacer frente al miedo, cualquiera sea su origen (por ejemplo, las personas, en la ansiedad social) a mi parecer, y en un análisis no exhaustivo, requiere de dosis extra de:

  • Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre: Obvio que no siempre te va a salir bien y que no puedes controlar lo que va a pasar. Esto hay que asumirlo
  • Aceptación de la propia vulnerabilidad: ¿Qué más vulnerable que atreverse a hacer algo que temes, sin saber cuál será el resultado?
  • Humildad: No somos seres perfectos ni súper poderosos, tenemos fallas, grietas, sombras (y obvio que eso está bien).
  • Cariño propio: Más pequeñito que el amor propio, para que no te sientas exigido o exigida.
  • Auto compasión: Mirarte con la empatía y la amabilidad con la que miras a tu amigo o amiga más querida cuando algo le sale mal.
  • Gratitud: Para que te valores y te agradezcas todo el rato por lo que estás haciendo. Porque cada vez que estás enfrentando algo que te da miedo, estás abriendo paso a tu valentía y eso requiere de mucho coraje.

El miedo es necesario. Nos permite cuidarnos, activarnos, arrancar, pelear, congelarnos, lo que sea necesario para salvarnos.

Y nos impulsa a ser valientes, y es allí donde está nuestra mayor posibilidad de CRECER y experimentar esa gratificación ÚNICA que te da el haber sido CAPAZ.

Me encantaría que me compartieras tus pensamientos al respecto y que guardes este artículo para cuando necesites ese empujoncito para ser más valiente.

Y si quieres conocer más sobre la ansiedad social y cómo podemos ir enfrentando estos temores, puedes partir por descargar acá la guía gratuita que construí, llamada “Los 5 motivos ocultos que están manteniendo tu ansiedad social”.

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